martes, 2 de agosto de 2011

Muerte de una heroina roja



Muerte de una heroína roja es mucho más que una historia de detectives. Es un elegante retrato de la verdadera vida en la China hoy. llena de contrastes y contradicciones, dividida entre las tentaciones capitalistas y la hegemonía tambaleante del Partido. Una radiografía sutil de la China de la transición, captada a través de una multitud de historias particulares, y una apasionante inmersión en la historia, la cultura, la tradición poética y gastronómica, y la vida cotidiana de la sociedad china.

Shanghai, 1990, durante la gran mutación económica emprendida por Deng Xiaoping. El asesinato de la joven Guan «Hong Ying», una celebridad política trabajadora modelo nacional, se convierte en un caso delicado para la imagen del Partido, un año después de los acontecimientos de la Plaza Tienamen. El recién ascendido inspector jefe Chen Cao, joven cuadro en auge y poeta de renombre, se muestra poco convencido por la máscara de perfección de la heroína roja, entregada a la causa del Partido, sin amigos ni amante. Con la complicidad de su ayudante el inspector Yu Guangming, Chen lo llevará a descubirir el mundo secreto de Guan y una realidad muy alejada de la propaganda oficial sobre el viejo mito comunista. A imagen de aquella sociedad de los años noventa, confrontada a un cambio acelerado, Muerte de una heroína roja es mucho más que una historia de detectives. Es un elegante retrato de la verdadera vida en la China hoy. llena de contrastes y contradicciones, dividida entre las tentaciones capitalistas y la hegemonía tambaleante del Partido. Una radiografía sutil de la China de la transición, captada a través de una multitud de historias particulares, y una apasionante inmersión en la historia, la cultura, la tradición poética y gastronómica, y la vida cotidiana de la sociedad china. De la mano de un policía íntegro y entrañable, profundamente humano, epicúreo y gourmet, amante de la poesía clásica y traductor de novelas policíacas inglesas, que nos sumerge en la tremenda vitalidad de Shanghai, la megalópolis en plena metamorfosis, entre pasado y futurismo. Una mezcla de íntriga policíaca, investigación política y retrato sociólogico, llena de poesía y impregnada de las aromas exquisitas de la cocina china. Una magnífica iniciación a la China de hoy.

El autor

Qiu Xiaolong nació en Shanghai en 1953. Durante la Revolución cultura Empezó a escribir en inglés y publicó en varias revistas y antologías. Desde 1994, es profesor de literatura china en la Washington University. Vive en St. Louis con su mujer y su hija. Muerte de una heroína roja (Nueva York, 2000) ha sido galardonada con el Premio Anthony a la Mejor Primera Novela y finalista del prestigioso Premio Edgar. Traducida a catorce idiomas, ha conseguido un enorme éxito de crítica y de ventas en todos los países. Desde entonces, otras dos novelas protagonizadas por el inspector Chen Cao confirmaron a Qiu Xiaolong como uno de los valores más cotizados y originales de la nueva novela negra internacional.

Gimme a call de Sarah Mlynowski:



Devi desperdició tres años saliendo con Bryan: el guapo, adorable y rompecorazones de Bryan. Pero ahora, justo antes del baile de graduación, él la ha dejado y ella descubre que no le queda nada. Ni siquiera un móvil en condiciones… el suyo se le ha caído. Y sólo le permite realizar llamadas a un único número de teléfono… el suyo. ¡Pero el de hace tres años, cuando tenía catorce! Cuando Devi se recupera de la impresión —y convence a su yo más joven de que no es una loca quien la llama— se da cuenta del don que le ha sido concedido. Ahora se puede aconsejar sobre cómo hacer bien las cosas… ¡por que ya las ha hecho mal! Si la Devi de primer año de instituto sigue sus consejos, conservará a sus amigas, logrará que la admitan en un buen —o mejor, en un increíble— college, será una superestrella de las actividades extracurriculares, y lo que es más importante, ¡se ahorrará que Bryan le rompa el corazón! No obstante, su yo de catorce años no lo tiene tan claro. A ella le gusta Bryan. Es feliz. Pero si has de seguir los consejos de alguien, nadie mejor que tu yo futuro… ¿o no?